El centro de la capital esconde diversos edificios que en su día acogieron los primeros ejemplos de casinos de la ciudad, donde la moderna alta sociedad empleaba su tiempo de ocio antes de la inauguración del Hipódromo de la Castellana. El más emblemático es el Casino de Madrid de la calle Alcalá, aunque esta institución privada pasó por diversos lugares antes de asentarse en su actual emplazamiento.
A lo largo de la historia, el juego no ha dejado de adaptarse a las circunstancias sociales y tecnológicas de cada época. La consolidación en el siglo XIX de una burguesía ávida de recreo supone un punto de inflexión cuya evolución llega hasta nuestros días, en los que el mundo virtual ha eliminado el tradicional espacio físico para poder disfrutar de un buen casino online español, en donde un jugador se puede topar con mesas virtuales de póker con crupier y de ruleta, y una amplia variedad de tragaperras.
La ruta de los antiguos casinos de Madrid empieza en la calle del Príncipe. Allí, en la esquina con la desaparecida calle Visitación (actual emplazamiento de la calle de Manuel Fernández y González) se encontraba el café de Sólito, donde un grupo de clientes habituales encabezado por Mariano Téllez-Girón (duque de Osuna) y Fernando Fernández de Córdova (marqués de Mendigorría) constituyeron oficialmente una sociedad a principios de 1837 que se convirtió en el germen del Casino de Madrid.
Las sedes del Casino
El rápido éxito de este casino, donde el juego más popular era el tresillo, obligó a cambiar de sede varias veces durante el siglo XIX en busca de espacios más amplios. La primera mudanza se produjo en 1840 y fue a la misma calle del Príncipe, concretamente en el número 12 y junto al actual Teatro de la Comedia. Ocho años después el casino se trasladó al desaparecido Palacio del Marqués de Santiago, donde se mantuvo hasta que en 1880 derribaron el edificio para crear la moderna Plaza de Canalejas y la calle de Sevilla.
Ese percance obligó a escoger un nuevo emplazamiento y el casino se instaló en el Café Suizo de la calle Alcalá, 16, donde luego se construyó el emblemático edificio del Banco de Bilbao que ahora acoge la Consejería de Educación e Investigación de la Comunidad de Madrid. En 1891 se llevó a cabo la penúltima mudanza y el casino se trasladó a la otra esquina de la calle Alcalá con la calle de Sevilla, donde se acababa de inaugurar el Palacio de la Esquivia, que después pasaría a ser la sede del Banco Español de Crédito y que ahora se ha convertido en el Centro Canalejas, donde se asentará el lujoso hotel Four Seasons.
Con el inicio del siglo XX, el Casino de Madrid había adquirido un prestigio social que culminó con la decisión de su junta directiva de construir un nuevo edificio en el número 15 de la calle Alcalá que supuso un hito para la época, ya que no existían precedentes de una majestuosidad de ese calibre para albergar una sociedad de carácter privado. Aunque cuenta con salas proyectadas para jugar a las cartas y al billar, actualmente no están dedicadas a ese uso y el edificio está orientado a la celebración de eventos, así que la única manera de jugar allí es mediante un smartphone.
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