Una de las propuestas gastronómicas de Madrid que más me han llamado la atención últimamente es la de Bocadillo de Jamón y Champán.
Se trata de un negocio con dos locales, uno en Chueca y otro en Retiro, que ha puesto el foco en la bocadillería más española, basada en el jamón ibérico. Para sus responsables, el maridaje con champán es una opción “perfecta y divertida”.
También hubo otro local en Malasaña, en la calle del Pez, que es el que conocí personalmente. Pero con el tiempo cerró y dejó paso a la hamburguesería Goiko Grill. En cualquier caso, me parece un bar o restaurante o lo que sea muy simpático y muy recomendable. Y, salvo que pidas la botella de champán más deluxe, comer aquí es muy asequible.
Bocadillo de jamón elevado a la categoría Gourmet
La primera seña de identidad de esta empresa son los bocadillos de jamón ibérico. Pero no de una calidad cualquiera, sino de la teóricamente mejor: el jamón ibérico de bellota. Es decir, la que proviene del cerdo que se ha alimentado a base de bellota en la dehesa durante no menos de dos meses.
Entre las especialidades, está el bocadillo Carlos V, que consiste en una chapata supergrande con jamón de bellota, aliñada con tomate y aceite de oliva virgen extra. También hay otras variedades de jamón y de lomo y algunos bocadillos incluyen queso. Y hasta hay uno, el Chiquinho, con mortadela trufada. El pan de estos bocatas es muy ligero y crujiente.
La carta también ofrece algunos platos para compartir. Por ejemplo el salmorejo, la tabla de quesos franceses, el medallón de foie de canard. Y por supuesto las raciones de jamón ibérico de bellota de las cuatro denominaciones de origen reconocidas del cerdo ibérico.
En la carta hay pocas cosas pero muy escogidas, lo que por otra parte facilita la decisión de pedir. Prueba de ello es que de postre no se ofrecen más que dos opciones: la tarta de manzana y el lingote de chocolate.
Las burbujas del champán francés
Quizá la mayor singularidad de este negocio sea la oferta del champán, ya desde el nombre. Hay toda una cultura del champán, como la hay del vino, y en Bocadillo de Jamón y Champán apuestan por ella.
Entienden de champán francés y ofrecen una amplia variedad. Que si André Clouet, que si Lacombe Rosé, que si Ruinart Blanc de Blancs… Algunos caros, otros más asequibles. Lo sirven en botella o por copas, para aquellos que no estén convencidos.
Y hay muchos no convencidos, porque la realidad es que se sirve más cerveza que champán, como era de esperar en Madrid. La que a mí me sirvieron era Mahou, que marida de lujo con un buen bocata de jamón.
Bocadillo de jamón y champán en Madrid
Como dije, el local de Bocadillo de Jamón y Champán que conocí es el de la calle del Pez, en Malasaña. Es decir, el que decidieron cerrar para continuar con los otros dos. Tanto el de Chueca como el de Retiro tienen espacio amplios y luminosos, acogedores e informales. El ambiente es moderno, en cierto modo me recuerda a las decoraciones de Ikea.
El que digo de Chueca está en la calle Fernando VI, 21, entre las plazas de Salesas y Santa Bárbara. Es decir, donde se juntan los barrios de Chueca y Salesas. El otro local está en Menéndez Pelayo, 15, frente a la cara este del Parque del Retiro.
En cuanto a horarios y días de apertura, conviene entrar en la página web de Bocadillo de Jamón y Champán a comprobarlos porque cada local tiene su peculiaridad. Por ejemplo, el de Chueca no abre los domingos y el de Retiro sí, a mediodía.
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