Hay en Madrid un nuevo concepto de arte que combina con la tecnología y la diversión. Se llama Ikono y su sede está situada justo enfrente de la fachada principal del Museo Reina Sofía.
A través de olores, colores y sensaciones táctiles, Ikono ofrece experiencias diferentes en un recorrido por diversos espacios. En todos los espacios juega un papel importante la fotografía y la imaginación.
Podemos decir que es una galería de arte interactiva. Aquí, los aficionados a la fotografía y las redes sociales se frotan las manos por ser un lugar perfecto para promocionar la imagen personal. Es buena opción una cámara profesional. Pero las cámaras de móvil sirven igualmente.
Experiencias Ikónicas para cualquier edad
El recorrido tiene una duración aproximada de 60 minutos. Y es apto para todas las edades. Desde la familia con niños pequeños hasta adultos solos, pasando por grupos de amigos.
Entre las medidas de seguridad e higiene, está la de los grupos burbuja. De este modo, un grupo o una pareja no se junta con nadie más en el recorrido. Razones sanitarias aparte, es una buena forma de disfrutar la visita.
Las experiencias se dividen en 15 salas donde encontramos elementos diferentes. Y estas experiencias podrían ir variando en el tiempo, de forma que una segunda visita pueda sorprendernos tanto como la anterior.
La primera de las experiencias que visitamos nos sorprende porque sin darnos cuenta nos encontramos en medio de una especie de laberinto formado por miles de cintas verticales que debemos atravesar para avanzar. Al cambiar la textura de estas cintas la sensación se transforma.
Las salas de Ikono
La piscina de bolas monocolor está entre las primeras salas. Aquí los niños lo pasan bomba y las fotos son especialmente divertidas. Pero es muy recomendable para todos porque la experiencia mejora cualquier idea preconcebida que podamos traer.
En la planta alta encontramos la lluvia de confeti donde, con una buena perspectiva, las imágenes resultantes parecen profesionales. Y algunos elementos de fondo, como unas alas iluminadas, crean efectos curiosos.
De nuevo en la planta baja, el bosque de bambú puede ser el espacio más bonito y sugerente. Incluso la bajada al nivel inferior, con las paredes infladas de rojo, nos provocan una impresión rara.
En mayo de 2021 se ha añadido la nueva sala La última cena, del artista contemporáneo Ricardo Cavolo. Se trata de una pintura a tres paredes donde grandes iconos de la historia del arte español se sientan a la mesa, emulando la imagen clásica de Leonardo da Vinci.
Farolillos colgantes, puntos de luz intensa, espejos infinitos, juegos de luces y sombras pueblan el resto de espacios de Ikono. En cada una de las salas varían los elementos de forma que la imaginación encuentra motivos diferentes para un auténtico viaje sensorial y fotografiable.
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