Hay en el centro de Madrid un clásico de las tapas que nadie quiere perderse: Las Bravas. Se trata de un bar con una solera de más de 80 años cuya especialidad es las patatas bravas, hechas con una salsa artesanal ligeramente picante muy popular en la ciudad.
Las patatas bravas son una de las tapas más tradicionales de Madrid. De hecho, raro es el bar que no las ofrece en su carta de raciones en los primeros puestos de su lista. Pero en Las Bravas son una razón de ser y un imán para miles de madrileños y visitantes, que las tienen por sus preferidas.
Sus locales están en la zona más céntrica de la ciudad, en torno a la Puerta del Sol. Se rodean de otros muchos bares y restaurantes de éxito, pero su público está asegurado.
El sabor de Las Bravas
Recomiendo probar estas bravas por su sabor, pero también como una de esas actividades que luego se comentan y sirven para comparar con la competencia en Madrid o en cualquier otra ciudad española. O para incluir una opinión en foros dedicados al asunto.
Además de las patatas bravas, en Las Bravas es muy popular la tortilla y la oreja, bañadas ambas con la misma salsa brava. Los precios son populares, en torno a cinco o seis euros la ración. Y hablamos de raciones grandes, de forma que para una sola persona el plato es más que suficiente. Estos precios varían ligeramente según se sirva en barra, mesa o terraza.
La carta ofrece otras raciones típicas de los bares de Madrid, como los boquerones, las croquetas (nos encantaron las de jamón), pinchos morunos y hasta algunas ensaladas. En nuestra última visita se podía pedir una degustación de 4 tapas: croquetas, pimientos de padrón, ensaladilla rusa y calamares. La de 5 tapas añadía pulpo a las anteriores.
Ahora es también posible llevarse la comida envasada para comer en la calle, en casa o en el hotel. Es una forma un poco más barata de comer lo mismo. La salsa la envasan aparte para verter sobre las patatas o lo que se haya pedido. Esto permite calentar el producto y la salsa al gusto.
Las Bravas de Madrid, la clave está en la salsa
En realidad Las Bravas no es un local sino dos, muy cerca uno de otro. Ambos tienen la misma oferta gastronómica y similar decoración. El primero en abrir en 1933 fue el del callejón del Gato (en la calle Álvarez Gato), conocido por los espejos cóncavo y convexo que inspiraron a Valle-Inclán en su obra esperpéntica Luces de Bohemia. Hoy esos espejos todavía existen junto a los escaparates del local.
En 1960 se registró Las Bravas, marca que da nombre a la receta de la salsa. La receta de esta salsa es la clave del establecimiento, y parece que sigue siendo secreta. En 1963 se abrió el segundo local en la calle Espoz y Mina, a unos metros del anterior. Pero hace unos años este último fue cerrado, quizá porque no tenía sentido dos locales tan juntos.
Once años más tarde se abrió el local del Pasaje de Matheu, el más próximo a la Puerta del Sol. Éste cuenta con una terraza al aire libre donde da gusto tomarse unas bravas con una caña. Aunque es fácil encontrarla llena, no es raro hacerse con una mesa debido a la alta rotación.
Los locales de Las Bravas están en el núcleo de calles populosas y llenas de bares que se encuentran entre la Puerta del Sol y el Barrio de las Letras.
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