El acueducto de Madrid no es tan grande como el de Segovia, ni mucho menos. Tampoco es tan antiguo. Pero está ahí, al alcance del visitante, restaurado y con una historia de siglos.
Se le conoce como Acueducto de la Partida, porque en su día sirvió para regar la Huerta de la Partida. También se le conoce como Acueducto de Sabatini, que fue el arquitecto que lo diseñó.
La verdad es que como monumento histórico que es, no se le ha hecho mucho caso. Es una parte más del paisaje, a disposición de cualquiera que desee pasar bajo sus arcos o subirse sobre su superficie. La última restauración tampoco le ha dado mucha popularidad, pero al menos lo ha dejado muy presentable.
El Acueducto de la Partida
El acueducto de la Partida está en la Casa de Campo. Muchos madrileños pasan cada día por su lado y quizá algunos ignoran su existencia. Se encuentra en el camino que conduce desde Madrid Río, cruzando por el Puente del Rey, hasta el lago de Casa de Campo. Un cartel de madera a su lado ofrece un poco de información básica sobre el pequeño monumento.
Lo diseñó Francesco Sabatini en 1778, bajo el reinado de Carlos III. Nada que ver con el acueducto de Segovia, que data del siglo II, es decir, de cuando los romanos. Tampoco en el tamaño se parecen, pues el madrileño es de escasa altura y no pasa de unos metros de longitud. Pero se trata de un resto arqueológico que tiene su propia importancia.
En la Casa de Campo hay otras obras similares que se camuflan entre los árboles y los caminos. Por ejemplo, está el puente sobre el Barranco de la Zorra, obra del propio Sabatini. Con el Acueducto de la Partida se abastecía al Palacio de los Vargas. Frente a la vivienda estuvo la Huerta de la Partida, que necesitaba un riego constante.
Inicialmente el riego se hacía aprovechando el curso del arroyo Meaques. Sin embargo, a veces no era suficiente. Entonces se decidió llevar agua desde el lago, canalizándola artificialmente. El acueducto fue la solución encontrada para salvar un desnivel importante.
La recuperación del Acueducto
Al principio ese acueducto fue de madera. Por su material, la construcción requería reparaciones periódicas y con el tiempo se hizo necesario un reemplazo integral. Fue entonces cuando Sabatini diseñó el acueducto de la Partida, utilizando ladrillo y piezas de granito.
Durante la Guerra Civil, el lugar albergó un puesto de intendencia y cocina del bando republicano. Como dice el cartel que hay a su lado, la proximidad del arroyo Meaques facilitaba los trabajos. El acueducto no sufrió los bombardeos, pero el arco central fue parcialmente destruido para facilitar el paso de vehículos.
Con los años el acueducto ha estado medio olvidado y con riesgo de desplome. Las pintadas tampoco ayudaban a mantener un buen aspecto en la obra. Sin embargo, en 2016 el acueducto fue restaurado. La reforma respetó la fuente que está a su lado, construida en tiempos de la Segunda República.
La Huerta de la Partida también ha sido recuperada recientemente, con un ajardinamiento que evoca lo que fue este espacio. En la parte alta se ha abierto un pequeño mirador que permite contemplar la Huerta y la silueta de Madrid. Desde aquí hay una buena foto del Palacio Real y la Catedral de la Almudena. A su izquierda se distinguen la Torre de Madrid y el Edificio España.
Al servicio del Palacio de los Vargas
El Palacio de los Vargas es la edificación más importante de la Casa de Campo, procedente de sus orígenes. Situado hoy junto a la Puerta del Rey, fue comprado por Felipe II para su propio disfrute antes de traer la Corte a Madrid. Con el tiempo se ha convertido en un bien de los madrileños y, aunque se conserva en pie, no tiene un uso definitivo.
Se especula con abrir en su interior un museo para divulgar la historia de la Casa de Campo. Sin duda es un proyecto muy interesante porque hay mucho que contar. Otros abogan por convertirlo en la primera biblioteca gastronómica española, con un restaurante al lado. Dado el poco acuerdo que existe en la actualidad, es probable que tardemos mucho tiempo en tenerlo a disposición de los ciudadanos, que es de lo que se trata.
Con el Acueducto de la Partida, la Huerta del mismo nombre y el Palacio de los Vargas se está recuperando una parte de la historia Madrid. Concretamente la del desarrollo de la ciudad en los años previos a convertirse en capital del reino.
Recordemos que el Acueducto de la Partida no es la única construcción de este tipo en la región. Para traer agua desde la sierra a la capital se hizo necesario levantar otros acueductos, como el de La Retuerta en San Agustín de Guadalix o el de Colmenarejo. Ya en el municipio tenemos, entre otros, el de La Traviesa y el de Amaniel en Tetuán.
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