El Palacio de Godoy es un edificio monumental levantado en el siglo XVIII. Se sitúa a mitad de camino entre el Palacio Real y plaza de España. A su lado, en la plaza de la Marina Española, está el edificio del Senado.
Desde su construcción ha tenido un largo historial de usos. Por eso, el edificio ha ido cambiando de nombre para adaptarse a sus nuevos inquilinos. Casi se puede definir su historia por los nombres que le han ido adjudicando.
En el año 2000 fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento. Durante las obras de acondicionamiento de la zona en 2019 se encontraron enterrados restos de una parte del palacio que fue demolida a principios del siglo XX.
Sede de los Secretarios de Estado
La construcción del Palacio de Godoy se realizó entre 1776 y 1782. El diseño corrió a cargo del arquitecto italiano Francesco Sabatini, responsable de otras muchas construcciones monumentales en la ciudad.
Su objeto inicial fue el de servir de morada al Secretario de Estado del momento y los posteriores. Por eso en origen se le conoció como Palacio de los Secretarios de Estado. Digamos que el Secretario de Estado era el Primer Ministro del Rey, es decir, el equivalente al actual Presidente del Gobierno.
Como el Secretario era entonces el marqués de Grimaldi, el palacio también recibió este nombre durante un tiempo. Sin embargo, Grimaldi no llegó a habitarlo porque no estuvo terminado durante su mandato. Fue su sucesor en el cargo, el conde de Floridablanca, quien lo estrenó.
El siguiente Secretario, Manuel Godoy, no sólo lo ocupó sino que lo adquirió a título personal y lo amplió. De esta época es el mayor esplendor del edificio, que conoció una lujosa decoración y recibió numerosas visitas. Entre sus cuadros se contaban las Majas de Goya y la Venus del Espejo de Velázquez.
De Palacio de Godoy a Casa de los Ministerios
Por este motivo se empezó a conocer el inmueble como Palacio de Godoy, y es que realmente era suyo. Pero, además, dado que Godoy recibió el título de Gran Almirante, surgió el nombre de Palacio del Almirantazgo.
Tras la caída en desgracia de Godoy, y con la ocupación francesa, el palacio fue ocupado por el mariscal Murat. Durante su estancia o en años posteriores el edificio fue perdiendo parte de su decoración, incluyendo algunos cuadros de gran valor artístico.
Más tarde el Palacio de Godoy llegó a ser sede de la Real Biblioteca, pero poco después se convirtió en la Casa de los Ministerios. El motivo fue que algunas secretarías de estado o ministerios, que ocupaban una parte del Palacio Real, se establecieron en el de Godoy.
A mitad de siglo XIX subsistía en el edificio el ministerio de la Marina. Por esas fechas también se instaló aquí el Museo Naval.
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales
En 1931 se derribó una parte del Palacio de Godoy para ensanchar la calle Bailén y reordenar la zona. Las oficinas del Almirantazgo se trasladaron a su nueva sede en el paseo del Prado, donde también se estableció el Museo Naval.
En la década de los cuarenta se creó la fachada que vemos hoy a la calle Bailén, respetando el estilo del resto del inmueble. Pero no tuvo un uso definido hasta que en 1975 se instaló en su interior el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, dependiente del Ministerio de la Presidencia. Este sigue siendo su uso en el siglo XXI.
Así que, resumiendo, entre nombres y usos tenemos: Palacio de los Secretarios de Estado, Palacio del marqués de Grimaldi, Palacio de Godoy, Palacio del Almirantazgo, Real Biblioteca, Casa de los Ministerios y Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.
En las obras de renovación de la calle Bailén y plaza de España, iniciadas en 2019, afloraron los restos de los sótanos de la parte derribada del Palacio de Godoy. Según los responsables de la obra, será fácil integrar esos restos en la ejecución, de forma que se conserven y sean visitables.
Otra obra de Francesco Sabatini
Cuando le encargaron el diseño de este edificio, Francesco Sabatini ya había terminado el Palacio Real, la Puerta de Alcalá, la Casa de la Aduana y otras construcciones monumentales que hoy todavía siguen en pie.
En este palacio Sabatini utilizó piedra y ladrillo para perseverar en su estilo recio y marcial. La fachada principal, donde reina la simetría, presenta una portada con arco de medio punto y balcón en saledizo. En este balcón suele ondear una bandera al lado de unos cuantos aparatos de aire acondicionado que afean la vista.
Resulta muy peculiar la esquina curva entre Bailén y la plaza de la Marina Española. La fachada al oeste, vista desde la Cuesta de San Vicente, tiene algo de carcelario, con todas esas ventanas repetidas.
Consta de tres alturas: planta baja, entresuelo intermedio y planta principal. En su interior destaca el vestíbulo, suntuosamente decorado. Columnas, esculturas, iluminación con linternas y pinturas en la bóveda parecen querer recordar un pasado de lujo.
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