La Plaza del Rey es uno de los espacios abiertos más característicos del barrio de Chueca, y a la vez uno de los más tranquilos y apacibles.
Se trata de una plaza con mucha historia. Prueba de ello es la cantidad de nombres que ha ido adoptando, según las circunstancias del momento. Además, cuenta con algunos elementos interesantes que podemos visitar en un paseo.
Esta plaza, que décadas atrás era escenario de espectáculos de masas, está cobrando últimamente nueva vida. Por aquí pasan celebraciones como las de Madrid Orgullo o La Noche de los Libros.
Una casa con leyenda
Antiguamente se llamaba Plaza del Almirante, porque en sus casas vivió Manuel Godoy, que tuvo el título de Gran Almirante y Príncipe de la Paz. También fue la Plaza del Circo, por el circo que hubo aquí. Desde 1835 es la Plaza del Rey, en honor a Felipe II según algunos historiadores, aunque otros lo atribuyen a Fernando VII.
En la Plaza del Rey vas a encontrar uno de los edificios más enigmáticos de Madrid: la Casa de las Siete Chimeneas. Desde el siglo XVI se ha mantenido la leyenda de que aquí murió una joven amante de Felipe II. Se dice que el espíritu de Elena, que era su nombre, todavía vaga algunas noches sobre su tejado. Hoy es una de las sedes del Ministerio de Cultura.
En este palacio vivió el marqués de Esquilache, valido del rey Carlos III en el siglo XVIII. Esquilache dictó una serie de normas que no gustaron al pueblo madrileño, sobre higiene, alumbrado e indumentaria. Debido a ello y a otras circunstancias, la plaza fue escenario de uno de los motines más conocidos de nuestra historia, que acabó con el asalto a la Casa de las Siete Chimeneas.
A finales del siglo XIX el Banco de Castilla decidió instalarse en el edificio. Para ello llevó a cabo una reforma que lo adecuara al nuevo uso. Durante las obras se encontró el esqueleto de una mujer enterrado bajo el suelo, y a su lado varias monedas de oro de los tiempos de Felipe II. Esto reavivó la leyenda del fantasma de Elena y las sospechas sobre el Rey
El Circo Price y la vida social madrileña
En la misma plaza estuvo el Teatro Circo Price, entre 1880 y 1970, hasta su traslado a la Ronda de Atocha. Una placa en una de las fachadas recuerda que en este Gran Coliseo “se representaron circo, ópera, zarzuela, ballet, variedades y veladas deportivas, siendo centro de reunión social de la vida de Madrid”.
El antecedente del Price fue el Teatro Olímpico de Paul Laribeau, ubicado en el mismo lugar. Empezó ofreciendo demostraciones ecuestres, acrobacias y números circenses, y siguió con representaciones teatrales y líricas. Sin embargo, un incendio en 1876 destruyó el edificio.
Tratándose de un enclave tan céntrico y tan popular para los madrileños, no es extraño que en la plaza residieran algunos personajes ilustres. Así, una placa recuerda el lugar donde vivió y murió en 1894 el compositor Francisco Barbieri. Otra menciona al pintor veneciano Giacomo Amigoni, al servicio de Fernando VI.
La tranquilidad de la Plaza del Rey
Como decía al principio, la Plaza del Rey es un lugar tranquilo y apacible. A ello contribuye una fuente que refresca el lugar y hace sonar su chorro de agua. De hecho, para los clientes de la terraza el ambiente acústico es de lo más relajante.
Entre las mesas de la terraza se erige el monumento del teniente de infantería Jacinto Ruiz, uno de los héroes de mayo de 1808, también recordado en el barrio de Malasaña. El conjunto es obra de Mariano Benlliure, que realizó la figura del militar en bronce fundido en 1891, por encargo del general Martínez Campos. En los laterales se reproducen escenas del ataque al Cuartel de Monteleón.
En un rincón de la plaza, a la vuelta de la Casa de las Siete Chimeneas, vas a encontrar una curiosa escultura. Se llama Lugar de Encuentros II y la hizo en 1971 el escultor Eduardo Chillida. La pieza forma parte de la serie de seis esculturas del artista vasco, otra de las cuales se exhibe en el Museo de Escultura al Aire Libre de la Castellana.
Arriba y abajo de la Plaza del Rey
A principios de los años 80 se construyó un aparcamiento debajo de la superficie de la plaza. Este espacio subterráneo sirve para paliar la falta de aparcamiento en las calles próximas. Por eso es un estupendo punto para iniciar una visita al barrio de Chueca, que tiene mucho que ver.
Si levantas la mirada hacia lo alto de las fachadas del lado norte, puede que te sorprendas. Verás unos números y unas líneas en el paramento, así como una vara que proyecta una sombra. Se trata de un reloj de sol, con una función más decorativa que otra cosa, que no es frecuente apreciar.
Junto a la Plaza del Rey pasa la calle Barquillo, una de las más populares y comerciales de Chueca. Arranca en la calle de Alcalá y se prolonga hasta Fernando VI.
UN REGALO DE BIENVENIDA
Suscríbete y accede totalmente GRATIS a:
- Mi ebook: "37 planes únicos que te enamorarán de Madrid."
- Guías, Mapas y otros materiales que te resultarán útiles.
- Recibe los nuevos contenidos sobre Madrid en tu email.