En tu paseo por la Calle Mayor de Madrid no dejes de contemplar una escultura diferente que sorprende a todo el que la descubre. Se llama Accidente aéreo y no se encuentra a simple vista. Para admirarla tienes que levantar la mirada hasta la azotea de un edificio de cinco plantas.
La escultura se encuentra en el número 3 de la calle Milaneses, casi haciendo esquina con la Calle Mayor. Muy cerca está el Mercado de San Miguel y a pocos pasos tenemos el arco de entrada a la Plaza Mayor por el lado noroeste.
No olvidemos que Madrid es una ciudad para mirar en las alturas. Al pasear por sus calles es buena idea ir levantando la mirada porque encontramos cosas sorprendentes. Por ejemplo, la figura alada del Edificio Metrópolis o el mencionado Accidente aéreo.
La ocurrencia de Accidente aéreo
Cuando la instalaron en la azotea del edificio, en el año 2005, los vecinos se preguntaron qué era aquello. Unos aseguraban que era el diablo, un ángel expulsado del paraíso. De ser cierto estaríamos ante la segunda representación de Lucifer en Madrid después de la estatua del Ángel Caído del Parque del Retiro.
Para otros, los que pudieron ver el rostro del personaje según lo subían con una grúa, esa expresión no tiene nada de satánica y más bien sería una imagen de Ícaro. Es decir, el hijo de Dédalo, el constructor del laberinto de Creta.
Una conversación con el autor de la obra, Miguel Ángel Ruiz Beato, desveló el verdadero sentido. “Hace diez mil años –dice Ruiz Beato en una entrevista a El País– un hombre alado sale a dar una vuelta y al volver, volando tranquilamente de espaldas, mientras toma el sol, no se percata de que en el prado donde aterriza siempre ha crecido toda una ciudad. El resultado es este accidente.” O, por decirlo de otro modo, “iba un señor volando tan tranquilo y se estrelló.”
El personaje de la escultura Accidente aéreo tiene un tamaño un poco más grande que una persona al natural, un 20% más según el autor. La pieza está realizada en bronce y pesa unos 300 kilos. Se instaló ahí a petición de los dueños de la finca, propietarios de una inmobiliaria y amigos del escultor.
La figura está desnuda y se encuentra en una posición extraña. La cabeza la tiene aplastada contra el edificio y los pies están en alto. Las alas están desplegadas porque venía volando y uno de los brazos parece fracturado por el impacto. Sin duda el obstáculo lo cogió por sorpresa.
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