En la plaza de Oriente, dentro de los Jardines de Lepanto, se levanta un grupo escultórico que suele pasar inadvertido a los paseantes: el monumento al Capitán Melgar.
Algunos lo ven pero no paran a mirar ni a leer la placa que informa de su existencia. Ni mucho menos a calibrar el mérito escultórico de la obra.
Sin embargo el monumento al Capitán Melgar está ahí, en un lugar privilegiado de Madrid, en plena plaza de Oriente. Descansa sobre la pradera de césped, a la sombra de los altos plátanos, frente al Palacio Real.
Alrededor del Capitán Melgar
Todos los días el busto del Capitán Melgar asiste al trasiego de gente de la calle Bailén. Por su lado pasan turistas que se fotografían al lado del Palacio junto a los artistas callejeros, pero ni unos ni otros retratan el monumento. Los que guardan cola para visitar el interior del Palacio tampoco reparan en su presencia.
Si pudiera girar los ojos hacia la izquierda, vería la fachada norte de la Catedral de la Almudena. Y un poco más a la izquierda, justo antes del Anciano Rey de los Vinos, otra estatua similar a la suya, la dedicada a José Larra.
Si los girase hacia la derecha vería la fachada este del Palacio, la bajada a los Jardines de Sabatini. Y los miércoles por la mañana, en la lonja que existe entre el Palacio y la Plaza de Oriente, el espectáculo del Cambio de Guardia.
Una situación privilegiada reservada a personajes muy escogidos. Sin embargo, el Capitán Melgar es un desconocido para la mayoría de madrileños y visitantes.
Un monumento centenario
El monumento al Capitán Melgar fue erigido en 1911. Obra del escultor asturiano Julio González Pola, el monumento tiene una altura de 3,60 metros y descansa sobre una base de planta cuadrada de 1,60.
Representa el busto del Capitán Melgar vestido de uniforme y con aspecto marcial. Debajo, sobre la base de la escultura, un soldado con un fusil levanta el brazo hacia la posición del Capitán. Las dos figuras están hechas en bronce y el resto del monumento es mármol gris y negro, mientras que la base es el típico granito.
En el frontal de la base, una placa dice lo siguiente:
S.M. EL REY DON ALFONSO XIII HONRÓ SU MEMORIA CEDIENDO SITIO Y MÁRMOLES PARA ESTE MONUMENTO. RECUERDO DE SUS COMPAÑEROS DE PROMOCIÓN EN HOMENAJE AL VALOR QUE ACREDITÓ, Y ESTÍMULO PARA IMITAR SU EJEMPLO. MCMXI
Delante del monumento, otra placa, ésta más moderna y colocada por el Ayuntamiento de Madrid, recuerda al héroe:
Angel Melgar y Mata (1876-1909). Capitán del Batallón de Cazadores de Arapiles, número 9. Combatiente en Melilla durante la guerra de África y que falleció en la batalla del Barranco del Lobo (Melilla). Le fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando.
La historia del Capitán Melgar
El Capitán Ángel Melgar fue un toledano que participó en la guerra de Cuba. Llegó al Batallón de Cazadores de Arapiles en 1905 y se hizo cargo de la Segunda Compañía. El año siguiente el Rey Alfonso XIII eligió dicha compañía para ponerse al frente de ella y desfilar bajo el balcón de su novia, la futura reina Victoria Eugenia.
Tras el lance, el Rey felicitó al Capitán durante una larga conversación y un año después lo nombró su ayudante honorífico. En julio de 1909 los rifeños atacaron a los trabajadores del ferrocarril minero del Rif. El Batallón de Cazadores fue enviado de Madrid a Melilla.
Según cuentan las crónicas, el 27 de julio, avanzando hacia el monte Gurugú desde donde disparaban los rifeños, el teniente coronel que mandaba la Brigada fue alcanzado por una bala. Entre los oficiales se decidió que asumiera el mando el Capitán Melgar.
Muerte heróica
El Capitán tomó las disposiciones oportunas para atacar la posición y durante el avance fue herido en una pierna. Rechazó ser atendido y siguió adelante animando a la tropa hasta que volvió a ser alcanzado por proyectiles enemigos, esta vez de manera mortal.
En la contienda murieron 153 soldados españoles y otros 600 resultaron heridos. El cuerpo del Capitán Melgar no pudo ser retirado del campo de batalla hasta dos meses después. Cuando se pudo, fue depositado en el Panteón de Héroes de Melilla, que recibió la visita del Rey Alfonso XIII en 1912.
En Madrid queda este monumento. Pocos conocieron la historia del Capitán en su tiempo, salvo los que asistieron a la inauguración. Seguramente menos aún la conocen en la actualidad, tan alejados como estamos de aquella guerra, en la distancia y en el tiempo.
El monumento al Capitán Melgar está en los Jardines de Lepanto, dentro de la plaza de Oriente. En el mapa de Qué ver en Madrid en 10 pasos se encuentra junto al número 2 que indica el Palacio Real.
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