La Puerta de San Vicente es una de las pocas puertas monumentales que quedan en Madrid y que en su día servían para acceder al interior de la cerca que rodeaba la ciudad.
Su historia ha pasado por numerosas vicisitudes que la han hecho desmontarse y volverse a montar, desaparecer y volver a aparecer.
Hoy adorna un punto estratégico de la ciudad, entre Madrid Río y la subida a la plaza de España. A sus lados tenemos el intercambiador y centro comercial de Príncipe Pío y el Campo del Moro. Desde su base se disfruta de una espléndida vista hacia Casa de Campo.
Primera Puerta de San Vicente
En 1726 el alcalde de Madrid, marqués de Vadillo, encargó la construcción de una puerta monumental en la todavía existente cerca que rodeaba la ciudad. El objetivo era sustituir una puerta anterior, llamada puerta del Parque, que se encontraba en estado ruinoso.
El lugar no era exactamente el mismo que hoy ocupa el monumento, sino un poco más dentro de la ciudad, subiendo la cuesta. La nueva puerta de Ribera exhibía como adorno una estatua de San Vicente, por lo que se le asignó este nombre.
Unos años más tarde se hizo necesario reordenar la zona que daba salida al Palacio Real hacia el Pardo. Recordemos que el Palacio estaba recién reconstruido tras incendiarse el viejo alcázar.
Por eso en 1770 fue derribada la puerta. Carlos III, que buscaba engalanar los caminos hacia los Reales Sitios, encargó el proyecto de una nueva al entonces arquitecto de moda, Francesco Sabatini.
La Puerta de San Vicente en manos de Sabatini
Sabatini venía de concluir las obras del Palacio Real y trabajaba en el proyecto de la Puerta de Alcalá. En paralelo, y confiando en sus capacidades, se le encargó ordenar la zona y levantar el nuevo monumento.
La nueva puerta ahora estaría más abajo, más cerca del río, en la posición actual. El italiano diseñó una puerta elegante, con un arco central y dos postigos laterales. En las cornisas situó unos adornos militares que daban más prestancia al monumento.
Un siglo más tarde la cerca de Madrid había desaparecido y la puerta estorbaba al creciente tráfico en torno a la nueva Estación del Norte. En 1892 se desmontó el monumento y algunos materiales se aprovecharon para embellecer la plaza de Cibeles. Otros se guardaron.
De la Puerta de San Vicente a la fuente de Villanueva
Durante años el espacio quedó vacío de monumentos, aprovechado por el tráfico de paso. En 1952 se instaló la fuente de Villanueva en el lugar donde había estado la Puerta. La fuente estaba adornada por cuatro grupos escultóricos, que se sacrificaron cuando se trasladó a su ubicación actual en el Parque del Oeste.
Fue en 1995 cuando se movió la fuente. El motivo era que se había decidido que en este emplazamiento junto a la estación de Príncipe Pío debería estar la Puerta de San Vicente, aunque fuera en una nueva recreación.
Y así se hizo. El mismo año 1995 se inauguró la nueva Puerta de San Vicente, una réplica de la antigua que aprovechaba las cornisas que todavía se conservaban de la original. Para su realización sirvieron los planos antiguos de Sabatini. Pero también se echó mano de una fotografía tomada por Jean Laurent pocos años antes de su muerte en 1886.
Una curiosidad de esta nueva Puerta de San Vicente es que la parte más adornada ahora es la que da al interior de la ciudad, cuando en la versión original apuntaba hacia el exterior, como para dar la bienvenida a los viajeros.
Contemplando la nueva Puerta de San Vicente
La puerta actual, réplica de la de Sabatini, está hecha de granito en el cuerpo principal y de piedra caliza en las figuras decorativas. Se parece en su configuración a la Puerta de Alcalá. Pero existe la gran diferencia de que la de Alcalá tiene cinco huecos y la de San Vicente sólo tres.
Sobre el frontón central hay un trofeo militar con banderas, un escudo, una armadura y otros elementos, que nos recuerda a la decoración de las puertas de Alcalá y Toledo. En los extremos se levantan otros grupos escultóricos con escudos y bandas.
Debajo del frontispicio hay una lápida con la siguiente inscripción: CAROLUS III APERTA VIA PORTA STRUCTA COMMODITATI AC ORNAMENTO PUBLICO CONSULTUM VOLVIT ANNO MDCCLXXV.
Toda la decoración está en la cara que mira hacia el Palacio Real, incluidas las dos columnas que flanquean el arco principal. La parte trasera, la que mira hacia el río, carece de adornos.
La Puerta de San Vicente está en el centro de la glorieta de San Vicente, abajo de la Cuesta del mismo nombre.
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