Madrid conserva muchos recuerdos de Velázquez, considerado uno de los pintores más brillantes de la historia. Su fama es universal y por eso muchos visitantes de la ciudad encuentran en su figura un interesante reclamo.
Andando por la ciudad nos encontramos numerosas alusiones al pintor sevillano. Esculturas, placas y otros reconocimientos se unen al legado principal, que siempre seguirán siendo sus cuadros. Además, existe un misterio en torno de los restos mortales del pintor.
Velázquez nació en 1599 y muy joven se vino a Madrid para estar cerca de la corte. Su talento le valió en seguida el cargo de pintor del rey y pintor de cámara. Hasta su muerte en 1660 pintó infinidad de retratos de la familia real y otros cuadros para decorar las mansiones regias.
Para empezar, sus cuadros
El principal legado de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez lo forman, naturalmente, sus cuadros. La mayoría de ellos están en el Museo del Prado y de todo el mundo vienen visitantes a admirarlos. Las meninas, Las hilanderas, El triunfo de Baco se alojan en sus salas y reciben miles de miradas cada día.
Otros cuadros de Velázquez se exhiben en diferentes pinacotecas como la National Gallery de Londres, en el Ermitage de San Petersburgo o el Metropolitan de Nueva York. Pero en Madrid también los hay en el Palacio de Liria y en el Museo Lázaro Galdiano. Asimismo, se guardan dibujos suyos en la Biblioteca Nacional y en la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Presidiendo la fachada principal del Museo del Prado tenemos la famosa estatua de Velázquez que aparece en muchas postales. La escultura se inauguró en 1899, coincidiendo con el tercer centenario del nacimiento del pintor. Obra del escultor Aniceto Marinas, se hizo para colocarlo en el mismo lugar donde ahora reposa.
La figura trata de reproducir la imagen que se conserva en los retratos del artista. Está sentado sobre un pedestal y lleva una paleta y pinceles. Además, es visible la capa y la espada propia de los caballeros de la Orden Militar de Santiago.
En la calle de Velázquez
Otras esculturas de Velázquez encontramos en Madrid. Por un lado está la que adorna el exterior del Museo Arqueológico, obra de Celestino García Alonso en 1892. Y por otro, la figura del artista pintando en el cruce entre la calle que lleva su nombre y la de Juan Bravo.
Precisamente la calle Velázquez es uno de los mayores homenajes al pintor del Siglo de Oro. Se trata de una amplia avenida con cuatro carriles para el tráfico rodado y dos anchas aceras por donde diariamente transitan decenas de miles de personas.
Derivado de esta calle, el nombre de la estación de Metro Velázquez también supone un reconocimiento. En las paredes de esta estación hemos visto reproducciones de sus obras.
Un monumento a Velázquez se levanta en la plaza de Ramales, muy cerca del Palacio Real. Obra de Fernando Chueca Goitia, fue inaugurado en 1960 coincidiendo con el tercer aniversario de la muerte del pintor. Consiste en una columna rematada por la Cruz de la Orden de Santiago, con inscripciones en los laterales de la base.
El misterio del cadáver de Velázquez
Se eligió esta plaza para ubicar el monumento porque aquí estuvo la iglesia de San Juan, donde fue enterrado Velázquez. De la iglesia quedan las trazas en el suelo. Sin embargo, un misterio rodea al cadáver del artista porque nunca fue encontrado. Se tiene constancia de su enterramiento, pero en la demolición del viejo templo nadie se ocupó de recuperar el féretro.
Es de suponer que los restos de Velázquez permanecen en el subsuelo de la plaza. Por este motivo en la placa que da nombre a la plaza de Ramales aparece la imagen de Velázquez. Es curioso este dato porque no tiene nada que ver con Ramales, lugar donde se disputó una importante batalla de la Primera Guerra Carlista.
Muy cerca de este lugar está la plaza de Oriente, donde encontramos una placa que recuerda que aquí estuvo la Casa del Tesoro, donde vivió Velázquez sus últimos ocho años de vida. Es muy probable que en una de sus salas se pintara el cuadro de Las meninas.
En la misma plaza de Oriente está la estatua ecuestre de Felipe IV. En el lateral norte de su pedestal se representa una escena en que el monarca distingue al pintor con la cruz de Santiago. Se dice que la figura del rey se basa en un retrato previo del pintor sevillano.
Las meninas por la ciudad
Otra placa recuerda la primera vivienda que habitó Velázquez en Madrid. Está en el número 21 de la calle Concepción Jerónima, donde se instaló con su mujer y su hijo.
La Casa de Velázquez es una institución cultural francesa dedicada al estudio del hispanismo. En Madrid, tiene su sede en este edificio de Moncloa, muy cerca del Museo del Traje. Una leyenda dice que en este paraje frente a la sierra de Guadarrama se situaba el pintor con su caballete.
Una forma moderna de recordar a Velázquez es la edición anual de la Meninas Madrid Gallery. Durante unas semanas la ciudad se puebla de meninas de tamaño natural inspiradas en el famoso cuadro del pintor sevillano.
Probablemente hay y ha habido otras huellas de Velázquez en Madrid. Por ejemplo, sabemos que participó activamente en la decoración del Palacio del Buen Retiro, hoy desaparecido. También nos consta que algunos de sus cuadros se perdieron en el incendio del Alcázar.
UN REGALO DE BIENVENIDA
Suscríbete y accede totalmente GRATIS a:
- Mi ebook: "37 planes únicos que te enamorarán de Madrid."
- Guías, Mapas y otros materiales que te resultarán útiles.
- Recibe los nuevos contenidos sobre Madrid en tu email.