Entre las construcciones históricas de la plaza de Canalejas destaca la Casa de Allende. Estamos ante un edificio de principios de siglo XX completamente distinto a cualquier otro de Madrid. Deslumbra por su estilo y su original decoración.
El edificio toma el nombre del promotor inmobiliario bilbaíno Tomás Allende, que ordenó su construcción al arquitecto cántabro Leonardo Rucabado. También se le ha denominado edificio Credit Lyonnais, debido a que durante mucho tiempo sus bajos albergaron una oficina de esta entidad bancaria.
Ahora también va a ganar en notoriedad por la renovación que está experimentando la zona. Justo enfrente se ha terminado de rehabilitar la manzana que ya conocemos como Centro Canalejas. En los siete edificios históricos se acomodan ahora un hotel de lujo, un centro comercial y viviendas de situación privilegiada.
La perfecta ubicación de la Casa de Allende
La ubicación de la Casa, concebida para albergar viviendas, era un privilegio en la época de su construcción. Y es que entre 1916 y 1920 la Carrera de San Jerónimo estaba realmente de moda. Hoy, por supuesto, sigue siendo así. A un lado tiene la Puerta del Sol, a otro el Congreso de los Diputados y el Museo del Prado, y a solo unos pasos la Plaza de Santa Ana.
A su lado se encuentra otra construcción singular, el Edificio Meneses, construido entre 1914 y 1915. Este último es el que hace esquina con la calle Príncipe y se distingue por su color más claro y frío y sus columnas a triple altura.
La Casa de Allende está terminada en un ladrillo rojo muy vistoso. Llama la atención, sobre todo, el magnífico torreón que culmina la esquina, adornado por arcos y cerámicas del taller de Zuloaga. En cierto modo, esta torre le concede al conjunto un aspecto un tanto fantasioso.
Cuando un edificio de aquella época pretendía destacar, solía recurrir a las cerámicas de Zuloaga. Del taller del ceramista también salieron adornos para el Palacio de Cristal, el edificio de la Compañía Colonial o el ABC Serrano.
Un mirador al estilo de Cantabria
Varias columnas a doble altura, que recorren las plantas primera y segunda, confieren mayor presencia al edificio y parece que lo hacen más alto. Los balcones, protegidos por una rejería cuidada, lo abren al exterior. La fachada se completa con un escudo y varios relieves y esculturas.
En el lado de la Carrera de San Jerónimo, en la planta alta, destaca un gran mirador de madera. Esta terraza que nos recuerda a las construcciones de arquitectura cántabra y de muchos lugares de Sudamérica.
Como curiosidad, existe otro edificio histórico en Madrid que conocemos con el nombre de Tomás Allende. Se trata del inmueble situado en la confluencia de la Gran Vía con las calles Montera y Caballero de Gracia, en la denominada Red de San Luis, originalmente destinado a viviendas. Últimamente hemos visto en su interior un hotel NH Colletion, la terraza Picalagartos y una tienda Adidas.
La Casa de Allende está en la plaza de Canalejas, 3. Metro Sol y Sevilla.
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