La Estación de Atocha es el nudo ferroviario mĆ”s importante de EspaƱa. Hasta aquĆ llegan los trenes desde todos los rincones de la penĆnsula y desde aquĆ parten de vuelta.
Pero tambiĆ©n es un lugar con muchos elementos interesantes y con mucha historia. Su jardĆn tropical es objeto de la curiosidad de los visitantes todo el aƱo y se puede decir que todo el conjunto es una atracción turĆstica digna de aparecer en las guĆas de viaje.
Tras una evolución de mĆ”s de siglo y medio, lo que hoy tenemos en Atocha son tres estaciones. Una alberga los trenes del AVE y larga distancia y otra los de CercanĆas. La tercera se ha convertido en un gran vestĆbulo botĆ”nico que es uno de los centros de reunión en la capital.
Qué ver en la Estación de Atocha
Las estaciones de larga distancia y de CercanĆas las visitamos por necesidad. Es decir, cuando vamos a utilizarlas para viajar. La primera llama la atención por los modernos trenes de Alta Velocidad, que empezaron a circular en 1992 con la lĆnea Madrid-Sevilla.
La de CercanĆas es un hervidero de viajeros de corta distancia, gente que se desplaza por la ciudad y sus proximidades. Tiene un intercambiador para conectarse con la red de Metro en la estación Atocha-Renfe. Como acceso desde el exterior, dispone de un edificio circular en ladrillo rojo y cristal muy vistoso.
La antigua estación de Atocha ha quedado, tras la Ćŗltima gran reforma, como un lugar de descanso y ocio. Sobre el lugar donde estuvieron las antiguas vĆas, hoy se mantiene un jardĆn tropical que nadie quiere perderse. Son muchas las especies contenidas, probablemente objeto de la curiosidad de aficionados a la botĆ”nica.
Pero sobre todo el vestĆbulo es un lugar de encuentro y de tranquilidad, a la que se ha incorporado una zona comercial. Se conserva todo el aƱo una temperatura cĆ”lida que te transporta a otras latitudes. En el pequeƱo estanque es habitual ver una pequeƱa fauna, donde destacan las tortugas. Hay tambiĆ©n algunos restaurantes de comida ligera, ademĆ”s del Samarkanda, para comer con mĆ”s pausa.
Dos relojes visibles desde el exterior
La nave de la antigua estación es enorme. Llama la atención que apenas necesita puntos de sujeción, que no hay columnas que afean o dificultan la vista. Desde fuera, es una mole que tiene algo de romÔntico, por su aspecto de finales de siglo XIX. En su fachada principal, la que da a la plaza de Carlos V, vemos el clÔsico reloj de las estaciones de trenes, acompañado de las figuras de dos grifos en la parte superior.
TambiĆ©n hay un reloj visible desde el exterior entre la estación vieja y las dos nuevas. Se trata de un reloj moderno situado en una torre de ladrillo que queda como sĆmbolo de la reforma realizada en 1992 por Moneo.
Posteriormente a la reforma se han incorporado otros dos elementos muy populares. Uno es el conjunto escultórico DĆa y Noche, de Antonio López, que consiste en dos cabezas de una niƱa de un aƱo situadas en el suelo junto al acceso de CercanĆas. Son dos piezas de unos tres metros de alto, una despierta y otra dormida.
Desde el interior de la estación se puede acceder al Monumento a las VĆctimas del 11M. Se trata de un gran cilindro de cristal que incluye mensajes de condolencia por los fallecidos en aquella fecha de 2004. Fue situada en medio de la glorieta en 2007. Por dentro, es un espacio de unos 500 metros cuadrados conectada con el vestĆbulo pero alejada de su bullicio.
Alrededor de la Estación de Atocha
En las inmediaciones de la Estación de Atocha hay muchas otras cosas que ver. Sin ir mĆ”s lejos, la glorieta del Emperador Carlos V es una plaza enorme con un trĆ”fico continuo de personas y vehĆculos. En medio estĆ” la Fuente de la Alcachofa, rĆ©plica de la que se situó aquĆ en 1781 y que ahora estĆ” en el Parque del Retiro.
Frente a la Estación destaca el Palacio de Fomento, sede del Ministerio de Agricultura. Data de finales del XIX y en su parte superior exhibe tres figuras aladas muy llamativas. En la misma manzana estĆ” el Museo Nacional de AntropologĆa. Por el otro lado, desde la Cuesta de Moyano, se puede ver el jardĆn del Palacio a travĆ©s de sus rejas.
Al otro lado de la glorieta estĆ” el Museo Reina SofĆa, que cuando se hizo la Estación era el Hospital de San Carlos. El hospital se cerró en 1965 y posteriormente el inmueble fue declarado monumento histórico artĆstico. En 1986 se convirtió en el museo actual y a principios de siglo XXI se inauguraron los nuevos edificios que lo completan.
A pie desde la Estación de Atocha llegamos a otros elementos atractivos para el visitante. Uno de ellos es el JardĆn BotĆ”nico, otro remanso de paz en el centro. Y a su lado estĆ” el Museo del Prado. A poca distancia llegamos, siempre andando, al Parque del Retiro.
Del embarcadero a la Estación de Atocha
La Estación de Atocha empezó siendo un simple embarcadero que se inauguró en 1851. Ese aƱo se puso en marcha la primera lĆnea fĆ©rrea de Madrid, que unĆa la capital con Aranjuez. En los primeros aƱos ya sufrió importantes modificaciones, dado que ante la novedad no se pudieron prever desde el inicio sus necesidades.
La primera gran reforma tuvo lugar en 1892. Es cuando adoptó el nombre oficial de Estación de MediodĆa. Fue entonces cuando se hizo la gran nave que mĆ”s de 150 metros que hoy alberga el jardĆn tropical. En 1979 estalló una bomba de ETA en la zona de consignas que dejó cinco muertos y muchos heridos.
La segunda gran reforma es la de 1992. Estuvo a cargo de Rafael Moneo, que diseñó el sistema de tres estaciones en una para albergar sus distintas necesidades. Supuso la llegada de la Alta Velocidad a las vĆas espaƱolas y la creación del jardĆn tropical. El 11 de marzo de 2004 murieron 191 personas como consecuencia del atentado terrorista perpetrado en las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia.
La Estación de Atocha estÔ en el centro de la ciudad, en el extremo sur del Paseo del Prado.
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