Una de las principales atracciones de cualquier destino turístico es su Jardín Botánico. El de Madrid, aunque no sorprende de un primer vistazo, alberga un enorme contenido de especies y está situado en pleno centro. Ideal para un rato de turismo.
Además de jardín visitable, es un instituto de investigación dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Esta pertenencia le da mayor importancia y suma, a la vertiente de recreo, una función divulgativa y docente.
En cualquier caso, el Jardín Botánico de Madrid es un museo de plantas que ofrece un agradable paseo al visitante. En medio de una gran ciudad, se agradece este oasis de paz y vegetación, con una sala de exposiciones y una cafetería donde reponer fuerzas.
Las Terrazas del Jardín Botánico
Ya sus puertas de acceso, una histórica y otra funcional, nos acercan a la monumentalidad del recinto. Al entrar, nos encontramos con un espacio de proporciones geométricas, con paseos en forma de cuadrícula, rotondas adornadas con fuentes y estatuas conmemorativas. Y, claro, mucha vegetación.

El Jardín Botánico está estructurado en cuatro terrazas o niveles. La más próxima al Paseo del Prado es la Terraza de los Cuadros, donde encontramos cuadrículas repletas de especies con carteles informativos. En esta zona están, por ejemplo, las rosaledas y daliedas.
También en esta zona pasamos junto a pequeñas fuentes ornamentales, con exiguos chorros de agua. En la mitad del espacio está la Puerta Real, que ya estaba en el diseño original de Francisco Sabatini. Esta Puerta, levantada en 1774 en forma de arco de triunfo, es una de las más antiguas que se conservan en Madrid.
El límite de esta terraza lo traza un paseo, poblado de estatuas. Aquí podemos ver esculturas dedicadas a cuatro botánicos que han hecho importantes aportaciones al Jardín. Son José Quer, Simón de Rojas Clemente, Mariano Lagasca y Antonio José Cabanilles.
El Pabellón Villanueva preside el recinto
Al otro lado de este paseo está el segundo plano en que se divide el recinto, la Terraza de las Escuelas. Aquí se exhibe una colección de plantas ordenadas por familias. En su centro está la estatua de Carlos III, monarca que impulsó la creación de esta institución.

El tono del recinto cambia en la Terraza o Plano de la Flor. Aquí los caminos adoptan formas curvas que dan al lugar un aspecto más romántico. El pequeño estanque rodeado de hierba refresca el ambiente.
En medio del estanque se levanta el busto de Carl von Linné, artífice de la «sistematización botánica» en el siglo XVIII. Y al fondo está el Pabellón Villanueva, con salas de exposiciones, tienda y cafetería.
Tras el Pabellón tenemos la cuarta Terraza, llamada de los Laureles, añadida en 2005. Es la más pequeña de todas y tiene la curiosidad de albergar la colección de bonsáis donada por el expresidente Felipe González. Aquí, junto a la tapia que limita con la calle Alfonso XII, termina el Jardín.
Más de dos siglos de Jardín Botánico
El Jardín Botánico de Madrid fue creado en 1755 por orden del rey Fernando VI. Su ubicación entonces fue el Soto de Migas Calientes, junto al río Manzanares, muy cerca de donde está ahora la Puerta de Hierro.

Carlos III, rey ilustrado, quiso reunir las ciencias en una zona más próxima al centro de Madrid. Por eso trajo el Botánico a su ubicación actual, en el paseo del Prado. Por esos años se acababa de crear el llamado Salón del Prado, donde se situaron las fuentes de Cibeles, Apolo y Neptuno, a pocos pasos de la Puerta de Alcalá.
Junto al Botánico se colocó el gabinete de Ciencias Naturales, que en poco tiempo se convirtió en sede del Museo del Prado. Al otro lado del Jardín se creó el Observatorio de Madrid, todavía en uso.
De esta época son el Pabellón Villanueva, la Puerta Real y la Puerta Norte, acceso actual. Desde entonces, el Jardín Botánico ha conocido tiempos de abandono y de renovación. En 1939 pasó a depender del CSIC y tres años más tarde fue declarado Jardín Artístico. La última ampliación data de 2005.
Horario, precios y ubicación del Jardín Botánico de Madrid
El Jardín Botánico abre todos los días del año, salvo Navidad y Año Nuevo. Su hora de apertura es siempre las 10h, pero la de cierre varía según la época del año. De noviembre a febrero cierra a las 18h; los meses de marzo y octubre a las 19h; abril y septiembre a las 20h; de mayo a agosto a las 21h.

El precio general de la entrada es de 4€, con reducciones para estudiantes, familias numerosas y mayores de 65 años (precios de 2018). Sube a 6€ si además quieres ver la exposición en curso del Pabellón Villanueva. No obstante, la entrada es gratuita los martes a partir de las 17h.
El acceso al Jardín se hace por el lado norte, que da a la plaza compartida con el Museo del Prado. La dirección es Plaza de Murillo, 2. Metro Banco de España o Atocha.
En este mapa de Qué ver en Madrid en 10 pasos, el Jardín se encuentra junto al número 8 que señala el Museo del Prado.

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