En tu visita al centro de Madrid no dejes de entrar a la basílica de San Francisco el Grande, uno de los mayores tesoros artísticos y monumentales de la capital.
Si tuviéramos que elegir los edificios más atractivos de Madrid, la basílica de San Francisco el Grande estaría sin duda en la lista. No sería, sin embargo, por su aspecto exterior. Es verdad que posee una fachada principal en forma convexa bastante apreciable. Incluso desde el lado sur, en los Jardines de San Francisco, ofrece un aspecto interesante. Pero el muro exterior la afea y las construcciones laterales le restan monumentalidad.
Impresiona más por su aspecto interior, con esa poco frecuente planta circular. Y, sobre todo, con esa cúpula central sobrecogedora que nos quedamos mirando embobados. De hecho, se trata de la cúpula más grande de España y la cuarta más grande del mundo.
El museo y la cúpula
La basílica de San Francisco el Grande, cuyo nombre oficial es Nuestra Señora de los Ángeles, cuenta además con una colección de pintura que, junto con el templo en sí, la convierten en uno de los museos más destacados que se pueden visitar en la ciudad. Por eso ya hemos hablado aquí de cómo es la visita guiada a la basílica.
El edificio consta de una gran planta circular con un impresionante altar mayor y la mencionada cúpula. El interior fue adornado por los mejores artistas de finales del siglo XIX, todos ellos miembros de la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
El diámetro de la cúpula mide 33 metros, sólo superada por tres templos cristianos situados dos en Roma y uno en Florencia. Su superficie se divide en ocho partes y en cada una las pinturas se dedican a un motivo. En la parte del coro se conserva un gran órgano de esa misma época. Y encima contemplamos una bóveda pintada con motivos similares a los de la cúpula.
En los laterales tenemos seis capillas, tres a cada lado, todas con su propio altar y su cúpula menor. Cada capilla tiene además su propia decoración, que se explica en la visita guiada. La primera alberga un cuadro de Goya, la segunda está dedicada a Santiago y la tercera a Carlos III. Las del lado derecho son la del Sagrario, la de la Purísima y la de San Antonio de Padua. En ellas podemos encontrar pinturas y altares dignos de las mejores catedrales.
Breve historia de la basílica de San Francisco el Grande
La pinacoteca se encuentra en las dependencias detrás del altar mayor. Aquí existe una gran colección de cuadros dedicados a San Francisco de Asís, el santo a quien se dedica el templo, además de otros cuadros pintados por Alonso Cano, Luca Giordano y Zurbarán. Algunas de las obras han sido cedidas por el Museo del Prado.
La basílica de San Francisco el Grande es el cuarto templo cristiano que se levanta en esta explanada, dentro del lo que hoy conocemos como el barrio de La Latina. Dice la leyenda que por el lugar donde ahora se encuentra la basílica pasó, hacia 1215, san Francisco de Asís en su peregrinaje por la península.
Para su estancia mandó construir una choza. Antes de continuar su camino promovió la construcción de una ermita en el mismo lugar. Más tarde esa ermita se derribó y se levantó otra dedicada a la Virgen. Y en el siglo siguiente se hizo una tercera con el nombre de Jesús y María y más tarde de San Francisco.
Según los historiadores este tercer templo junto con su convento fue adquiriendo unas dimensiones mayores gracias a las aportaciones de familias nobles madrileñas que querían ser enterradas en sus capillas. Al crecer más que el convento de San Francisco de Paula situado en la carrera de San Jerónimo, junto a la Puerta del Sol, recibió popularmente el apelativo de “el Grande”.
Llegó a tener veinticinco capillas y cuarenta y un altares. Pero la iglesia dejó de servir a los fines de la comunidad religiosa y se demolió hacia 1760. Desaparecienron así los panteones de las grandes familias de la Villa, como los Vargas o los Lujanes.
El nuevo templo de San Francisco el Grande
En 1761 se empieza a construir el nuevo templo, el que vemos hoy, siguiendo un proyecto de fray Francisco Cabezas, que sería finalizado en 1784 por Francisco Sabatini. De esta época son algunas de las obras de arte que alberga. Por ejemplo, el lienzo de Goya San Bernardino de Siena predicando ante Alfonso V de Aragón, encargado al pintor aragonés para la ocasión.
Y también de esta época es la gran rotonda central y la enorme cúpula situada encima. Igualmente, en esos días se hizo la portada en forma convexa y el convento que está adosado a la iglesia.
Desde entonces, la iglesia pasó por diversas vicisitudes que la convirtieron en salón de cortes y cuartel. Hasta que fue abandonada tras la expulsión de los franciscanos y la desamortización de Mendizábal. Posteriormente trató de convertirse en panteón nacional. Para ello se trajeron los restos mortales de Calderón de la Barca, Quevedo, Ventura Rodríguez y otros grandes personajes de la historia española. Pero al poco tiempo se descartó la idea y se devolvieron a sus lugares de origen.
Es entonces, en tiempos de Cánovas del Castillo, cuando se decide convertir San Francisco el Grande en un gran monumento. Así, en 1881 se emprendió una gran reforma en la que participaron muchos de los mejores pintores, marmolistas, ebanistas, escultores, etcétera, del momento.
Detalles y adornos
Esta reforma incorpora muchos de los elementos que hacen tan admirable el conjunto. Hablamos de las seis esculturas sobre la fachada, las vidrieras, el gran órgano del coro con su réplica pintada enfrente, las puertas de nogal del pórtico, las verjas, los altares, las enormes esculturas de mármol que rodean la rotonda central, etcétera.
En 1926 la iglesia fue devuelta a los franciscanos y en 1963 se elevó a la categoría de basílica. En 2007 se levantó, sobre el solar adosado a la basílica donde estuvo el claustro del antiguo convento, los Jardines de San Francisco. Este parque contiene un gran mirador hacia la puesta de sol. Presidiendo el mirador tenemos la escultura El sueño de San Isidro, obra de Santiago Costa.
La basílica de San Francisco el Grande está en la plaza de San Francisco. Se puede llegar en la línea 148 de autobuses, que pasa por la Gran Vía y la Plaza de España, y en la 3 desde Puerta de Toledo. La Basílica de San Francisco se señala con el número 5 en el mapa del barrio de La Latina.
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